La delicada situación que estamos viviendo con los rápidos rebrotes del Covid19, que azotan el mundo y afectan especialmente España, dibujan los rasgos de una situación turística única en nuestra historia.

Desde RevenueResort consideramos 3 fases clave en el proceso. Los comentamos:

Preocupación

Cuando hace poco hablábamos de la reapertura hotelera, nadie podía imaginar la situación actual, donde debido a la incidencia del COVID-19, se desaconseja viajar a nuestro país. Además, algunos de los principales países emisores de turismo imponen a sus ciudadanos una cuarentena estricta a su regreso. Si bien el sector hotelero corporativo está sufriendo la evidente falta de negocio interno, es el sector vacacional el que se ve más afectado por las medidas impuestas por estos países.

La temporada alta en el Mediterráneo finaliza con los peores resultados de la historia. Algunos hoteles han cerrado anticipadamente sus instalaciones por la falta de negocio extranjero, principalmente británico. Ahora preocupa y está en juego la temporada alta que empieza en octubre en las Islas Canarias.

Cada día despertamos con nuevas y malas noticias que nos sumergen en una situación desconcertante e impredecible. Muchos hoteles que tenían previsto reabrir sus puertas en agosto retrasan su apertura para evitar un GOP difícil de digerir. Septiembre se presenta como el peor de la serie histórica y los hoteles, con gran preocupación, analizan que se pude hacer para “salvar” la temporada alta mirando un poco más allá de septiembre.

Siendo UK el principal país emisor de turismo con especial impacto directo en ciertas islas, se agrava más la situación del GOP por las cancelaciones masivas de UK tras la orden de confinamiento al regresar de España. Asimismo, TUI y Jet2 han comunicado recientemente que hasta mediados de septiembre no operaran en las Islas Canarias pudiendo prolongar esta situación. Por tanto, ¿qué podemos esperar?

El gobierno de UK no accede a las presiones internas y de los turoperadores. Si durante el mes de agosto, turoperadores como Jet2 han desviado vuelos a Grecia, con la llegada de la temporada de invierno, todo apunta a que Canarias será la única opción con buen clima. Solo podemos esperar a que la nueva realidad sea afrontada por los turistas y que se produzca el cese de las restricciones por parte de los países europeos.

Por tanto, la preocupación es la primera fase de este proceso repleto de noticias nada positivas en el corto plazo.

Adaptación

Sin duda tenemos una nueva realidad que no va a cambiar a corto plazo, y por ello se hace indispensable adaptarse a la nueva situación, con ocupaciones que rondaran el 30-40% a corto plazo. Las plantillas de los hoteles deberán ser reestructuradas y se deberá buscar el temido “break even point” (punto de equilibrio o punto muerto), en su cuenta de resultados.

No solo hay que adaptarse a las nuevas medidas de seguridad e higiene e ir actualizándolas, sino además luchar por no perder el posicionamiento en el mercado, ya que no hacerlo lastrará cualquier ápice de recuperación futura.

Es cierto que los precios son más bajos desde el momento en que el “unconstrained demand” o demanda desatendida, es inferior a la disponibilidad total del hotel. Aunque siempre se diga que bajar los precios no estimula la escasa demanda, que es cierto por la inelasticidad de la demanda hotelera, lo cierto es que siempre se ve una bajada de precio en el Marketplace.

El impacto en el GOP es doblemente empujado por el menor volumen y la bajada de precio. Igual que en momentos buenos la mayor demanda empuja y ayuda a incrementar los precios si se tiene una estrategia correcta.

¿Qué podemos hacer?

La falta de ingresos no puede repercutir en la reputación del hotel, como si lo harían el posible cierre de instalaciones por falta de personal, limitación de atenciones esenciales en la habitación, cobros por servicios que antes no se cobraban, etc. Los planes de contingencia de algunos hoteles nunca deben afectar al cliente final, porque daña la reputación y posicionamiento en el mercado.

En definitiva, adoptar estrategias encaminadas a recortar costes para minimizar el impacto en el GOP y que impactan en el cliente y su experiencia es “pan para hoy y hambre para mañana”.

Los servicios gratuitos con valor añadido son un plus para que esa menor demanda se decante por el establecimiento. Por ejemplo, parking, internet de alta velocidad, acuerdos especiales con empresas de alquiler de coches que también están sufriendo la falta de demanda, aportarán valor a nuestro establecimiento.

Hay que considerar de manera positiva que en el medio-largo plazo las Islas Canarias seguirán siendo un destino preferido, debido principalmente a su situación climática única. Adaptarse a los cambios y seguir ofreciendo experiencia de calidad al cliente es la clave para salir reforzados.

Oportunidad

Por último, cabe destacar que un nuevo comienzo es siempre sinónimo de una nueva oportunidad, que pasa por mostrar el hotel como nunca desde el lado de la calidad y seguridad. Llegados a este punto en el que estamos tras el cierre hotelero, solo se puede crecer.

Las oportunidades pueden llegar de la mano de nuevos nichos de mercado antes no considerados, cambios de mix en la segmentación o nuevos segmentos, incremento de volumen de otros países, cambios drásticos en la estrategia del hotel por temporada, etc.

Estos tiempos requieren de un análisis profundo y cambios de estrategias en el modo de cómo vendemos, a quién vendemos y qué podemos hacer para mitigar el impacto negativo.

Desde la perspectiva de Revenue Management, no perder posicionamiento no es solo una oportunidad futura cuando hablamos de “pricing”, sino también desde la parte más interna de marketing social. Evitar un “review negativo” es también sinónimo de oportunidad futura. En uno de nuestros cursos mostramos qué hacer y cómo gestionar los reviews positivos y en especial tratar los negativos. Es esencial en los tiempos que corren.

Como conclusión remarcamos estos 3 factores: la preocupación por la situación financiera hotelera en el corto y medio plazo que esperamos pueda ser soportada, la adaptación como camino para afrontar el momento y la oportunidad que siempre un cambio nos brinda.

 

Podemos estar seguros que ¡volveremos a brillar!

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